lunes, 15 de diciembre de 2014

Mirador de Daraxa

Nos encontramos ante una obra arquitectónica de Arte Nazarí. En ella podemos ver un mirador, concretamente el mirador de Daraxa, en la Alhambra de Granada.

El interior del mirador es una salita rectangular, con dos arcos laterales y uno doble frente a la entrada que mira al Patio de Daraxa, que fue cerrado por las Habitaciones de Carlos V. Sobre los ventanales se encuentran unos arcos apuntados de mocárabes, en cuyos paños aparecen inscripciones caligráficas.

Desde la Sala de las Dos Hermanas entramos al mirador por un gran arco apuntado de mocárabes, en el cuyo intrados encontramos una decoración geométrica muy perfeccionada que simula a las estalactitas de una cueva, junto con un zócalo de azulejos de color negro, blanco y amarillo, bellísimo por su finura a la hora de realizar el complicado motivo que exhibe. El suelo también es de azulejos, aunque estos se encuentran muy deteriorados. Los arcos están proyectados sobre unos alfices cuyas albanedas parecen tener decoración de motivos geométricos. Una falsa cubierta con cristales de variados colores, verdadera joya documental, culmina la parte superior de la estancia, probablemente el espacio con un carácter más áulico del Palacio de los Leones.
 
La muralla de la Alhambra, la "roja", construida con la arcilla roja de la colina donde se asienta, destaca sobre las montañas de Sierra Nevada. La alcazaba es un recinto amurallado en forma de navío cuya proa se orienta a la ciudad. De acuerdo con la mentalidad islámica, los más de dos km. de muros exteriores, con torreones salpicados de pequeños vanos y reforzados por unas treinta torres, ofrecen una visión severa y sobria que nada tiene que ver con el espléndido interior que ocultan.

Los edificios hispano musulmanes no daban mayor importancia a los aspectos estructurales. La Alhambra parece la materialización de la creencia musulmana de que el paraíso es un jardín. En ella la arquitectura da paso a la naturaleza estableciendo transiciones sutiles y suaves: pórticos abiertos, torres miradores, patios... La vegetación y el agua  interrelacionan los diferentes recintos y les dan una unidad.

La Alhambra se divide en tres partes fundamentales: la Alcazaba, que es la zona porticada, cuya forma simula a la proa de un barco, está en el extremo mismo de este complejo y servía para la defensa de la ciudad ante los ataques enemigos. La segunda parte son los palacios nazaríes, con dos cuartos, o palacios fundamentales, el cuarto de Comares y el cuarto de los Leones.

El cuarto de Comares fue mandado a construir por Yusuf I. El Cuarto o Palacio de Comares constituía la residencia oficial del monarca, y está compuesto por un conjunto de dependencias agrupadas en torno al Patio de los Arrayanes, con galerías porticadas en los extremos, situándose al norte la Sala de la Barca y la Sala de los Embajadores, que ocupa el interior de la Torre de Comares, desde donde se domina el valle del Darro. Yusuf I quiso que la decoración de su residencia oficial dejara maravillado al visitante, por lo que ordenó que se construyera y adornara de manera exquisita.

 

Mandado construir por Mohamed V, su planta es rectangular, y está rodeado por una galería a modo de claustro cristiano, lejos del estilo del típico patio musulmán andaluz, más parecido al que presenta el Patio de los Arrayanes, sostenido por 124 columnas de mármol blanco y fino fuste, los cuales presentan en su parte superior multitud de anillos, y sostienen capiteles cúbicos y grandes ábacos, decorados con inscripciones y ataurique. Bajo el friso de madera tallada corren arcos de yeso peraltado, menos los de los pabellones y extremos de los lados más largos de la galería, que son de mocárabes, con enjutas de decorado calado en forma de rombo. Los dos centros de los lados más largos del patio tienen arcos de medio punto mayores que el resto y poseen unas arquivoltas de mocárabes, mientras que las enjutas presentan una decoración de ataurique. Estos arcos comunican el patio con la Sala de los Abencerrajes y con la Sala de Dos Hermanas. Sobre estos arcos podemos distinguir los aposentos de las mujeres del sultán.

El nombre procede de los doce leones surtidores de la fuente que ocupa el centro del patio, leones sobre los que descansa la gran taza de forma dodecagonal y que la rodean. Esta fuente, de mármol blanco, es una de las más importantes muestras de la escultura musulmana. El centro del patio era de jardín bajo y el suelo de las galerías de mármol blanco. Presenta unos canales de mármol blanco que parten del interior de los pabellones y bajo los cenadores, que confluyen en la fuente central en forma de cruz. En los extremos de los canales existen unos surtidores que proveen de agua a la fuente central.


Por último se encuentra la Medina. La ciudadela contaba con varios baños públicos, hornos, talleres, silos y cisternas y como no, las casas de los altos funcionarios, de los empleados y de los sirvientes de la corte. A consecuencia de la guerra de la Independencia, los edificios quedaron en ruinas, y parte de la muralla y sus torres tuvieron que ser reconstruidas casi por entero. Al salir de los Palacios Nazaríes, están los Jardines del Partal, con la famosa Torre de las Damas y un enorme estanque.

Cúpula nervada de la maqsura

Nos encontramos ante una obra arquitectónica de de Arte Islámico. En ella podemos ver una cúpula, dentro de lo que parece ser una mezquita. Se trata de la cúpula nervada de la maqsura de la Mezquita de Córdoba (962-966).

En la imagen podemos ver una cúpula nervada con decoración, obra de autores bizantinos, de colores azules y dorados. Tiene una decoración de acanto y caligráfica en su estructura. La cubierta consiste en una cúpula formada por 8 nervios, que se cruzan dejando en el medio un hueco cuadrado y alrededor otros triangulares y rectangulares. Estos huecos se decoran con bovedillas agallonadas o nervadas. La luz penetra mediante ventanas de arcos lobulados, que se abren en el muro entre los nervios.

El autor de esta cúpula fue Chafar que empleó la misma técnica que en la cúpula de la Capilla de Villaviciosa y que también diseñaría el primer mihrab concebido en forma de habitación.

Iniciada por el califa Abd al-Rahman Ila Mezquita de Córdoba fue proyectada como una mezquita porticada buscando la misma relación patio-sala de oración que ya existía en la Mezquita de Damasco, pero con las once naves de la sala transversales. Ya en este primer momento se organizan las arquerías que definen la mezquita. Tomando como fuente el acueducto romano de los Milagros de Mérida, según algunos especialistas, el arquitecto cordobés introduce una importante novedad: el empleo de dos soportes superpuestos, una columna abajo y un pilar arriba, y dos arcos: uno inferior, de herradura, y otro superior, de medio punto, que recibe la techumbre de madera.

Abd al-Rahman II, como consecuencia del crecimiento demográfico de la ciudad, en el año 833 añade una nave porticada en el patio, prolongando con siete tramos más las naves, en dirección al Guadalquivir, sostenidas por otras 80 columnas y construyendo un nuevo mihrab.

En el año 945 el patio y el alminar serán modificados por Abd al-Rahman III. Su hijo Al-Hakan II derriba el muro meridional y amplía la sala de oración con doce tramos y otras 120 columnas. La zona del mihrab y las tres espléndidas cúpulas que lo anteceden también son de esta época, alrededor del año 965.


Entre los años 987 y 990 Almanzor llevará a cabo la última ampliación y la más extensa. La proximidad del río hace que las naves se amplíen hacia oriente, quedando el mihrab descentrado. De esta manera, la sala de oración mide 130 metros de lado, superada sólo por la mezquita de Samarra. 

Santa Sofía

Nos encontramos ante una obra arquitectónica de Arte Bizantino. En ella podemos ver una cúpula gigantesca, dentro de lo que parece ser una iglesia. Se trata de la iglesia de Santa Sofía (532-537) en Constantinopla (actual Estambul), Turquía.

Es un edificio de planta centralizada cuyos muros cumplen una función sustentante. Está Construida sobre mármol, ladrillo y tejas porosas de la isla de Paros. Tiene cuatro pilares que sustentan el peso de la cúpula. Utiliza un sistema abovedado con una cúpula enorme en el centro y dos semicúpulas en los lados. Tiene gran cantidad de vanos pero, en referencia al tamaño de la estructura, quedan muy reducidos por lo que genera oscuridad. Toda la basílica estaba policromada y, aún, conserva muchos restos de policromía.
 
Vemos que hay gran cantidad de elementos decorativos como los mosaicos y las serigrafías árabes que tienen una función propagandística.

El edificio tiene unas dimensiones colosales y en su espacio interior podemos encontrar varios elementos. Se trata de un espacio unitario, cerrado y completamente simétrico. Dentro del edificio destaca en sobremanera esa gran cúpula nervada y las dos semicúpulas que la sostienen en los lados. El edificio estaba destinado para actos religiosos, como podemos apreciar en alguno de los mosaicos que aún se conservan. En este caso hay muchas aperturas de vanos, pero al ser una basílica tan sumamente grande necesita de tantos para iluminar el interior. Este espacio se relaciona con el exterior en cuanto a su enormidad y su simetría.

En el arte de Bizancio pueden apreciarse varias influencias: el arte romano, el helenismo griego y la Persia Sasánida. En la arquitectura bizantina se distinguen varios elementos arquitectónicos característicos:

En la tipología de los templos, según la planta, abundan los de planta centralizada, sin duda concordante con la importancia que se concede a la cúpula central, pero no son inferiores en número las iglesias de planta basilical y las cruciformes con los tramos iguales (planta de cruz griega). En casi todos los casos es frecuente que los templos, además del cuerpo de la nave principal, posean un atrio o narthex, de origen paleocristiano, y el presbiterio precedido de iconostasio, llamada así porque sobre este cerramiento calado se colocaban los iconos pintados. 

Uno de los grandes avances de la composición espacial bizantina consistió en cubrir mediante una cúpula semiesférica (o de media naranja) un espacio de planta cuadrada, consiguiendo así la posibilidad de articular una sucesión de cubiertas con cúpulas. Para ello se intercalan entre los apoyos y la cubierta cuatro triángulos



 curvos llamados pechinas; estas pechinas parten de los vértices de cuadrado y se unen en la parte superior formando un anillo sobre el que descansa la cúpula, facilitando el paso de la planta cuadrada a la circular de la cúpula. Geométricamente, las pechinas, se pueden definir como fragmentos triangulares de una esfera de diámetro igual a la diagonal del cuadrado de la planta y que pasa por los cuatro vértices de éste.

La iglesia de Santa Sofía es una de las obras cumbre del arte bizantino. Su significado es Divina Sabiduría y está dedicada a la tercera persona de la Santísima Trinidad. Durante casi un siglo fue el centro espiritual del Imperio bizantino, escenario de los actos estatales importantes y marco de un esplendoroso ceremonial en el que se manifestaban el poder y la dignidad del imperio teocrático.

Fue construida entre los años 523 y 537 d. C, durante el mandato de Justiniano en Constantinopla, capital del Imperio Bizantino (hoy Estambul, Turquía), por los arquitectos y matemáticos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto.

La cúpula de Santa Sofía es de tal grandiosidad que sólo tiene su antecedente en el panteón de Agripa (Roma). Tiene un gran anillo de ventanas y está apoyada en cuatro pechinas, las cuales a su vez posan sobre cuatro pilares, que al estar en el exterior del edificio parece como si la cúpula se sostuviera en el aire.


En la parte exterior se extiende un gran atrio de cinco pórticos. Después del atrio hay dos nártex o vestíbulos que mediante nueve puertas nos comunican a la iglesia. Tiene una nave central y dos naves laterales, y un ábside interior semicircular. También tiene cuatro pináculos que son un añadido posterior de época musulmana.

Sala de las Dos Hermanas



A la Sala de las Dos Hermanas corresponde la segunda residencia del Palacio de los Leones, con semejante estructura a la de los Abencerrajes, es decir, elevada con respecto al Patio desde el que se accede por una única puerta, con cierre de madera ataujerada, ricamente decorada mediante composiciones geométricas.

Tras la entrada, se desarrollan a derecha e izquierda sendos corredores que conducen respectivamente, a las habitaciones de la planta superior y al retrete de la vivienda. El nombre lo recibe por las dos grandes losas de mármol, centradas por una fuentecilla que evacua por un canalillo al Patio de los Leones.

El zócalo de alicatados, uno de los más originales por su peculiaridad de toda la Alhambra, es una bella composición geométrica a base del entrelazado de cintas de varios colores.
La decoración de yesería de los paramentos, dividida como es característico del arte nazarí en grandes paños separados por inscripciones epigráficas, cubre por completo los muros, culminando en la que es sin duda la obra maestra: una cúpula de mocárabes que, a partir de una estrella central, se desarrollan mediante el conocido teorema de Pitágoras.
En los dos laterales de la Sala, de planta cuadrada, abren dos alcobas. Cada una con su característico espacio para la tarima o cama, que se cubren con unos extraordinarios artesonados de madera bellamente decorados.


La Giralda.




La Giralda es el antiguo alminar de la mezquita original de los almohades, el único resto que sirve de campanario a la actual catedral de Sevilla.
El alminar se comenzó a construir con piedra reaprovechada en 1184 y no se completó hasta 1195. De planta cuadrada, llegó a tener más de 70 metros de altura. Con una cimentación en sillares, sustituido después por el ladrillo, se compone de dos torres superpuestas. Su prisma central está dividido en siete recintos cupulares iluminados por ventanas con arcos lobulados y de herradura. Entre ambos discurre la rampa de acceso, que conduce hasta la plataforma superior, coronada por una linterna y un campanario que agregaron los cristianos entre 1560-1568.
En la parte superior, las fachadas se dividen en tres secciones: la central se articula en ventanas gemelas; las laterales, sobre arcos ciegos, que se prolongan y cruzan formando rombos. Toda la composición se halla rematada, por cada lado, con un cuadro de diez arcos que apean en columnas y capiteles; sobre ellos un antepecho de almenas escalonadas.
La división entre las partes también es vertical: la zona central de las ventanas está flanqueada por dos paneles de ladrillos tallados dibujando rombos, que arrancan de dos arcadas gemelas ciegas y están formados por la prolongación y el entrecruzamiento de los arcos. El remate está constituido por una arcada ciega de arcos dentados polilobulados que se entrecruzan y están montados sobre columnas.
Originariamente, el yamur constituía el auténtico coronamiento del alminar. Era una pequeña torre, cuya cúpula de cerámica sostenía una aguja con cuatro esferas de bronce dorado, que fue destruida por el seísmo en 1355.
El antiguo minarete guarda la mayor parte de su decoración original, sobre todo el prisma mayor, con ligeras reformas, que apenas modifican su organización primitiva. Por encima de una base de zócalo de ladrillo liso, la superficie de las paredes exteriores está decorada con un bello dibujo geométrico de ladrillo dentro de anchos recuadros rectangulares, un trenzado de rudas sobre las arcadas ciegas, entre las que aparecen ventanas gemelas.
La configuración definitiva, con su actual coronación, es obra de la reforma que el arquitecto cordobés Hernán Ruiz realizó en el siglo XV!, que recubrió el cuerpo superior para crear la galería en que se colgaron las campanas y levantaron otros tres más en disminución.
En 1568 se puso la estatua de bronce que actualmente se alza sobre la torre y que representa a la Santa Fe, de tres metros y medio de alta, con estandarte y una rama de palma entre las manos. La obra fue realizada por Bartolomé Morel.
La escultura presta su nombre a la construcción, puesto que el estandarte sirve de veleta y hace girar la figura con el viento. Y de ahí recibe el nombre popular de giraldilla, y la torre que la sustenta la Giralda.

Madinat al-Zahra 





Madinat al-Zahra es una ciudad islámica de 112 ha de superficie. Fue mandada construir por el primer califa de al-Andalus, Abd al-Rahman III en el año 936 ó 940, como regalo a su esposa favorita, Azahara. Como residencia personal y sede del gobierno, la zona palaciega albergaba las viviendas de los dignatarios más importantes y el conjunto de los órganos administrativos del Estado, que fueron trasladados desde Córdoba. Durante los reinados de Abd al-Rahman III y al-Hakam II, la ciudad se convirtió en la capital de al-Andalus y por sus salones desfilaron los embajadores procedentes de los países mediterráneos y de la actual Centroeuropa.
Se dispone la ciudad en tres terrazas rodeadas por una muralla, de las cuales el Alcazar se situaba en las dos más altas y el resto de estancias, viviendas y la mezquita, en la inferior. Abd al-Rahman no escatimó en materiales para lograr el efecto buscado: la insignia del poderoso reino que gobernaba. Ricos mármoles violáceos y rojos, oro y piedras preciosas, además del cuidado trabajo artesanal de los mejores canteros y las legendarias contribuciones bizatinas.
Parte del alcázar tenía carácter público y era donde se sucedían las visitas oficiales. En la parte más alta se sitúa el Salón Alto, dispuesto en cinco naves con arcadas. Más abajo se encuentra el Salón Rico. La estancia se divide en tres naves con arcos de mármol rojo y azulado, siendo las laterales ciegas y abierta la central. La decoración de ataurique (motivos vegetales labrados) y la riqueza e los materiales han configurado el nombre del engalanado recinto, completado con baños y abierto al Jardín Alto, de gran hermosura. Se desarrolla este jardín en cuatro zonas, quedando el punto de intersección ocupado por un pabellón y cuatro albercas. Una de éstas, la enfrentada al Salón Rico ha pasado a la leyenda por cobijar en su interior mercurio y bañar el grandioso recinto con destellos de mil colores.
Otras de las estancias que destacan son: la mezquita Aljama, orientada hacia La Meca. Consta de un patio porticado en tres de sus lados y una sala de oración de cinco naves longitudinales separadas por arquerías perpendiculares al muro de quibla.
El patio de los pilares, se trata de uno de los conjuntos arquitectónicos más importantes del palacio. No se conoce con precisión cuál fue la función y el uso al que estuvo destinado este conjunto, aunque su posición central en el sector privado del palacio, próximo a las residencias califales, parece indicar un carácter residencial. Se organiza en torno a un gran patio rodeado de pilares cuadrados. 
Salón de Abd al-Rahman III, identificado con uno de los grandes salones de recepción existentes en la ciudad, el llamado Salón Oriental, este edificio fue el marco arquitectónico destinado a la celebración de recepciones políticas por parte del califa.

El recinto sufrió grandes destrozos a través de las sucesivas guerras que asolaron Al-Andalus a principios del siglo XI, transformando en ruinas Madinat al-Zahra. El esfuerzo por crear una ciudad ideal tan sólo duró setenta años, efímera vida para la que fuera "la favorita" del primer califa.

Patio de los Arrayanes.



Nos encontramos ante una obra arquitectónica perteneciente al arte de al-Ándalus, concretamente con el Patio de los Arrayanes, situado en la Alhambra, Granada.




Podemos diferenciar en el patio al fondo lo que es la Torre de Comares,concebida como sede oficial del trono y salón de embajadores; un estanque central rodeado de macizos arrayanes, de ahí su nombre. Este estanque mide unos 35 metros, que divide al patio longitudinalmente y se abastece de agua gracias a dos pilas de mármol situadas en cada extremo del estanque.

Todo la obra arquitectónica está construido con materiales pobres como lo son el ladrillo, yeso, argamasa, madera, azulejos, etc.

La planta del patio tiene forma rectangular, todos los aposentos giran en torno a un estanque longitudinal que hace de elemento unificador. A los laterales del patio se encuentran dos naves , y en los lados menores , se levantan unos pórticos, sostenidos por columnas de capiteles , de siete arcos peraltados. Predomina la horizontalidad. La columna esta compuesta por un fuste delgado y el capitel es un cuerpo cilíndrico decorado con cinta. El arco más común es que el que vemos en este patio el de medio punto peraltado.

Respecto a la decoración podemos observar el empleo de la vegetación como elemento frecuente, o el gran uso de numerosos arcos, o la decoración con elementos geométricos. El agua representa también un papel importante en la decoración ya que sirve de reflejo de las obras.

Yusuf I reconstruyó las puertas y las torres de la muralla, dotándolas de gallarda majestuosidad. Entre los accesos destaca la Puerta de la Explanada, erigida en 1348 con estructura interior acodada, y, por lo que respecta a las torres, la más sobresaliente fue la de Comares. En el techón de carpintería que cubre el techo de Comares aparecen representados esquemáticamente los siete cielos del Paraíso musulmán superpuestos, presididos por el trono de Alá.