lunes, 16 de marzo de 2015



El expolio de cristo.


 Se trata de un pasaje evangélico correspondiente a laPasión en la que un sayón se dispone a arrancar la túnica a Cristo ante la expectación de la muchedumbre.
Junto a Él, en la parte inferior del lienzo, se encuentran las Tres Marías que observan cómo un hombre prepara la cruz.
Por último, y en un lugar destacado se encuentra unguerrero vestido a la moda del siglo XVI que mira al espectador, involucrándolo en la obra, al igual de un hombre de la multitud que nos señala .Óleo sobre lienzo de grandes dimensiones.
Se centra en la figura de Cristo que ocupa el eje central (y es reforzado por el fuerte color rojo que crea una forma ovalada o romboidal que vuelve a repetirse en el resto de las figuras que le rodean), creando una composición simétrica en la que predominan las líneas verticales.
Este último detalle, junto a las figuras de las Tres Marías y el sayón de verde, nos hablan de una composición atectónica.Predomina el color sobre la línea a través de la pincelada suelta, siendo un dibujo poco detallista que en lamultitud del fondo se vuelve francamente abocetado .En cuanto a los colores resalta especialmente el cálido y saturado rojo de la túnica de Cristo que atrae con intensidad a la mirada del espectador. En contraposición este rojo es rodeado por colores fríos y, en general, ácidos . La luz  con ciertos tintes expresivos que, entrado por la izquierda del espectador, ilumina directamente a Cristo y genera fuertes claroscuros en los distintos personajes que componen la escena Es sumamente reducido debido al agobio espacial de todo el lienzo que nos impulsa en vertical , aunque existen ciertas figuras en escorzo  que proyectan el espacio de la escena hacia el espacio propio del espectador para así incluirlo en la escena.
Existe, por otra parte, un doble punto de vista (típico del manierismo que busca romper con la armonía clásica), pues, mientras el Cristo es visto desde un punto bajo (agrandando así su figura), las Tres Marías y el hombre de la Cruz son vistos casi desde arriba abajo, creando una tensión antinaturalista.
Figuras. De canon bastante correcto para lo que viene a ser normal en el espectador, destacan por la fuerza expresiva que se concentra en sus miradas y gestos de las manos (comparar la mano de Cristo con la del sayón de verde)
De entre todas las figuras destaca el tratamiento expresivo de Cristo que, con su mano y sobre todo, con su mirada elevada asiste a la escena con una mezcla de melancolía y resignación,volviendo a contrastar (de nuevo, una técnica manierista) con los gestos teatrales de la multitud que le rodea.
Los paños se realizan con plegados bastante sintéticos (contrario al detallismo), destacando el extraordinario manejos de lastexturas cuya máxima expresión sería los brillos y reflejos que están realizados sobre la armadura del guerrero.

Testero del Juicio Final de la Capilla Sixtina



Miguel Ángel. Juicio Final (1535-1541).
Fresco sobre muro, 1327 x 1220 cm
Altar Mayor de la Capilla Sixtina,
Palacio del Vaticano, Roma.

    Nos encontramos frente al testero superior de la Capilla Sixtina, decorado mediante una pintura mural realizada al fresco por Miguel Ángel. En la obra tiene mucha importancia el color, teniendo en cuenta que además el dibujo está muy marcado, aunque sabemos sin duda que en este muro se van a emplear tonos muy vivos y característicos como es ese tono azul del fondo, generándose mediante la gradación tonal una sensación volumétrica.

     Además se trata de una obra muy luminosa, si bien la zona de enfoque fundamental de la luz es el centro del Rompimiento de Gloria, siendo la zona inferior y sobre todo la boca del infierno más obscura. En cuanto al esquema compositivo se divide la obra en tres partes, la parte inferior se corresponde con la tierra y el infierno, donde las almas que se salvan o se condenan son separadas; a continuación comienza el rompimiento de gloria, con Jesús en el centro acompañado de su Madre; y por último en el nivel superior vemos unos ángeles portando los atributos de la Pasión.

Detalle del infierno y barca de Creonte, Juicio Final, Capilla Sixtina.

    La figura humana aparece aquí tratada con gran expresividad y además con una gran perfección académica y anatómica, generando el dibujo de la musculatura una cierta sensación de volumen. En cuanto al espacio tridimensional, se observa con nitidez, como es generado por la superposición de las figuras humanas en cada uno de los niveles.


Vista de la Capilla Sixtina.
   Pero para hablar de la capilla Sixtina, tenemos que hablar de todo el conjunto, pues se trata de un espacio de una belleza sin igual, siendo sin duda un gigante del Renacimiento Italiano, pues además de la bóveda y testero de Miguel Ángel, también hay pinturas murales anteriores de un valor excepcional, quedando el conjunto de obras de distinta cronología perfectamente integrados.

   Finalmente tenemos que decir que nuestro autor, va a realizar también otras obras pictóricas como son el Tondo Doni y los cartones preparatorios para fresco de la Batalla de Cáscina.


La Virgen de las Rocas


Leonardo da Vinci,  La Virgen de las Rocas
(1483-1486).  Óleo sobre lienzo. 198 x 123 cm.
Museo del Louvre, París.

    Nos encontramos frente a una pintura realizada al óleo sobre lienzo, donde predomina el dibujo sobre el color, que utiliza mayoritariamente tonos bastante apagados. Estando la sensación de perspectiva generada por la disposición de las figuras y la profundidad que genera el sinuoso fondo, que dota a la obra de un halo de misterio con las rocas desnudas y la bruma. Focalizándose la luz en el primer plano y perdiéndose hacia el fondo.

    El esquema compositivo es triangular, estando los vértices inferiores en el pie del Niño de Dios y las ropas de Santa Isabel y el superior en la cabeza de la Virgen, apareciendo todas las figuras representadas con dulzura y serenidad, además de aparecer realizando movimientos muy naturales.

     Como comentábamos antes, la generación del espacio tridimensional se consigue generando varios planos  con focalización de la luz en el primero y el ambiente lúgubre hacia el fondo, además de generar sombras o pliegues en los ropajes.

      Desde el punto de vista iconográfico la obra representa como motivo central a la Virgen con el Niño, acompañada de su prima Isabel y San Juanito, todo ello enmarcado en un paisaje agreste y con cierto halo de misterio.

     Por último, hay que decir que el cuadro en cuestión es la Virgen de las Rocas de da Vinci, una obra de gran importancia en el estudio de este autor, si bien no debemos olvidarnos del mural de la Santa Cena, que por las técnicas empleadas es una obra que ha precisado a lo largo de su historia de muchas restauraciones y se encuentra en un delicadísimo estado de conservación o su obra más conocida, que es sin duda alguna la Gioconda o Mona Lisa.