domingo, 22 de marzo de 2015

Sepulcro de Julio II

Nos encontramos ante una obra escultórica perteneciente al arte renacentista del Cinquecento de Miguel Ángel.

Esta obra fue un proyecto que realizó Miguel Ángel para el sepulcro de Julio II (1505). Este proyecto fue “la tragedia de su vida”, ya que no llegó a realizarse. El primer proyecto presentaba un túmulo exento con más de 40 esculturas de tamaño natural que superaba en dimensiones y riquezas cuantas tumbas se habían realizado.

Presentaba una estructura piramidal compuesta de: una base adornada con Victorias flanqueadas por esclavos; una planta media con relieves representando gestas del Pontífice, y cuatro grandes imágenes en las esquinas: Moisés, San Pablo, la Vida Activa y la Vida Contemplativa; y por último presentaba un ático en el que se mostraba a Julio II sentado en la silla gestatoria sostenida por dos ángeles.

El programa iconográfico escondía un sentido alegórico de raíz neoplatónica, que armonizaba la fama temporal con la salvación eterna del Papa. Debido a las disputas con Bramante nunca llegó a realizarse, y entre 1506 y 1542 sufrió varias modificaciones y reformas.

A partir de 1513, ya muerto Julio II, elabora un segundo proyecto. En este la composición ya no es exenta sino adosada a un muro de tamaño más reducido y con algunas variaciones iconográficas. El resultado final no satisfizo a nadie, empezando por su ubicación en San Pedro in Vincoli, en vez del Vaticano. De las 47 imágenes proyectadas solo se realizaron ocho: los dos esclavos de Louvre, los cuatro de la Academia de Florencia y el Moisés que es la única que se conserva en el mausoleo.

El Moisés y los Esclavos sirven para mostrar dos aspectos de la escultura de Miguel Ángel: la potencia dramática en estado puro o terribilitá y el inacabado o non finito.
cincelado le ayudaron en el taller dos jóvenes auxiliares: Pablo Uccello y Donatello, que mostrarían a su maestro el nuevo lenguaje artístico de la composición espacial renacentista.

El tributo de la moneda

Nos encontramos ante una obra pictórica, perteneciente al arte renacentista del Quattrocento. Concretamente nos encontramos con El tributo de la moneda de Masaccio (1425), situado en la Capilla Branacci, Iglesia del Carmine. Florencia.



Esta obra está pintada al fresco sobre muro. Los colores empleados son colores llamativos, rojos fuertes, azules…

Distinguimos en la pintura tres escenas yuxtapuestas. En el centro, Cristo es requerido por el recaudador de impuestos de Cafarnaún para que pague el derecho de portazgo antes de entrar en la ciudad; entonces, el Señor le encarga a Pedro que pesque un pez en el lago de Genezaret, en cuyas entrañas hallará la moneda solicitada por el funcionario de hacienda. Este episodio aparece a la izquierda y el pago del impuesto, a la derecha. Vasari agrega que, entre los apóstoles que rodean a Jesús, el situado <<en último plano, es un autorretrato de Masaccio, pintado en el espejo tan bien, que parece vivo>>.
Junto a estos logros, Masaccio manifiesta también el conocimiento de la perspectiva de Brunelleschi. No en vano, el fresco de La Trinidad, pintado para la iglesia de Santa María Novella, de Florencia, constituye en la actualidad el primer   de la perspectiva, matemática aplicada a la pintura renacentista.
transmitido al bajorrelieve mediante la técnica del schiacciato o aplastado. Finalmente, en los marcos con reproducciones de esculturas griegas y festones de flores, frutas y animales, muestra el respeto con el nuevo arte observaba la Antigüedad y la Naturaleza.



Anterior a estas puertas, Ghilberti hace la Segunda Puerta del Baptisterio, en 1401. Esta puerta está compuesta por 28 cuadrifolios con escenas del Nuevo Testamento. Durante su fundición cincelado le ayudaron en el taller dos jóvenes auxiliares: Pablo Uccello y Donatello, que mostrarían a su maestro el nuevo lenguaje artístico de la composición espacial renacentista.

Cúpula de la Basílica de San Pedro del Vaticano.

Nos encontramos ante una obra arquitectónica perteneciente a la arquitectura renacentista de Miguel Ángel del Cinquecento. Concretamente con la Cúpula de la Basílica de San Pedro del Vaticano, Roma (1558-1561).


Nos encontramos con una cúpula de 42 metros de altura que contiene ventanas ciegas. En la parte superior nos encontramos con una linterna.

La Basílica de San Pedro en uno de los edificios más grandes del mundo. Le encargaron la construcción de la Cúpula de este edificio a Miguel Ángel. Su estilo arquitectónico de Miguel Ángel en la Ciudad Eterna queda reflejada en a Porta Pia y en la reforma urbanística de la Plaza del Capitolio. Son obras tardías de su talante arquitectónico, que había comenzado a resplandecer de forma original en Florencia.

En 1520, el papa León X le encarga la construcción de la Sacristía Nueva en la basílica de San Lorenzo con la doble intención de que hiciera juego con la Sacristía Vieja, realizada por Brunelleschi, y sirviera de capilla funeraria a cuatro miembros de la familia Medici.
s prescinde de las pequeñas casillas lobuladas y opta por diez espacios cuadrados, que le permiten tratar con mayor amplitud las escenas del Antiguo Testamento que le encargan. En la narración de estos episodios bíblicos adopta la perspectiva lineal de Uccello y los complejos efectos de profundidad que Donatello había transmitido al bajorrelieve mediante la técnica del schiacciato o aplastado. Finalmente, en los marcos con reproducciones de esculturas griegas y festones de flores, frutas y animales, muestra el respeto con el nuevo arte observaba la Antigüedad y la Naturaleza.



Anterior a estas puertas, Ghilberti hace la Segunda Puerta del Baptisterio, en 1401. Esta puerta está compuesta por 28 cuadrifolios con escenas del Nuevo Testamento. Durante su fundición cincelado le ayudaron en el taller dos jóvenes auxiliares: Pablo Uccello y Donatello, que mostrarían a su maestro el nuevo lenguaje artístico de la composición espacial renacentista.

Tercera Puerta del Baptisterio de Florencia.

Nos encontramos ante una obra escultórica, perteneciente al arte del renacimiento y concretamente con la escultura de Lorenzo Ghilberti.


Podemos observar que la puerta está fragmentada en 10 partes en las que se narran en cada una de estas partes 10 escenas del Antiguo Testamento. Estas 10 escenas están  rodeadas por imágenes de santos. El marco de la puerta está decorado con flores y animales.

La escultura es de relieve medio y está tallada en bronce sobredorado. El grosor de este bronce es de 2 cm.

La técnica empleada en las imágenes es la de los paños mojados.
Ghilberti ubica sus obras en zonas donde el ojo observa de manera directa.

En 1425 a Lorenzo Ghilberti le confían que haga la Tercera Puerta del Baptisterio de San Juan Bautista, en la Plaza del Duomo, Florencia. Estas puertas suponen ya una asimilación de planteamientos clásicos. Los cambios afectan al diseño, al tratamiento técnico del relieve y a las fuentes de inspiración. En la subdivisión de las hojas prescinde de las pequeñas casillas lobuladas y opta por diez espacios cuadrados, que le permiten tratar con mayor amplitud las escenas del Antiguo Testamento que le encargan. En la narración de estos episodios bíblicos adopta la perspectiva lineal de Uccello y los complejos efectos de profundidad que Donatello había transmitido al bajorrelieve mediante la técnica del schiacciato o aplastado. Finalmente, en los marcos con reproducciones de esculturas griegas y festones de flores, frutas y animales, muestra el respeto con el nuevo arte observaba la Antigüedad y la Naturaleza.


Anterior a estas puertas, Ghilberti hace la Segunda Puerta del Baptisterio, en 1401. Esta puerta está compuesta por 28 cuadrifolios con escenas del Nuevo Testamento. Durante su fundición cincelado le ayudaron en el taller dos jóvenes auxiliares: Pablo Uccello y Donatello, que mostrarían a su maestro el nuevo lenguaje artístico de la composición espacial renacentista.