sábado, 18 de abril de 2015

Retrato ecuestre del duque de Lerma de Rubens.


Pedro Pablo Rubens. Don Francisco de Rojas,
Duque de Lerma
(1603). Óleo sobre lienzo.
283 x 200 cm. Museo del Prado, Madrid.

   Nos encontramos frente a una pintura realizada al óleo sobre lienzo, se trata del Retrato ecuestre del Duque de Lerma realizado por Pedro Pablo Rubens. En el cuadro aunque el dibujo aparece bien definido, podemos ver una primacía del color con una pincelada bastante suelta, además se usa la gradación tonal para generar volumen y sombras; es una obra muy luminosa con tonos muy vivos como el azul cielo, el blanco del caballo o los tonos vegetales.

   En cuanto al esquema compositivo podemos encontramos al duque a caballo en un primer plano mientras de fondo se ve en un segundo plano una batalla, representando el primer plano la línea vertical que se refuerza con los árboles, mientras el segundo plano rompe la verticalidad con la línea horizontal. 

    La tridimensionalidad, se produce con el paisaje diluido como fondo y la gradación progresiva de del tamaño de las figuras que se pierden en el fondo. El  cuadro representa el poder del duque de Lerma que aparece como un general victorioso a lomos de su corcel.

   Esta es sin duda una de las grandes obras de Rubens, aunque el autor tiene otras obras como, el Descendimiento y la Elevación de la Cruz, el Triunfo de la Eucaristía, el Autorretrato con su Esposa o las Tres Gracias.

Detalle de la obra.



San Longinos de Bernini


Gian Lorenzo Bernini. San Longinos (1629-1638). Mármol. 440 cm.
Basílica de San Pedro del Vaticano, Roma.

   Nos encontremos frente a una imagen de bulto redondo, que representa a cuerpo completo y de pie a San Longinos, realizada por Bernini.

   La escultura está tallada en mármol, conservando el color blanco propio de este material. Al mismo tiempo. Además el tratamiento de la talla de los ropajes es muy cuidada generando pliegues muy protuberantes y agitados, además la escultura ha sido pulimentada, lo que ofrece una sensación de suavidad y a la misma vez de ligereza, como si las ropas fueran agitadas por el viento.

   La imagen se encuentra colocada en el interior de una hornacina, con lo que ha sido diseñada para ser contemplada frontalmente, aunque podemos observar como la imagen se encuentra bien acabada en todo su conjunto. Además por su emplazamiento en el interior de la Basílica de San Pedro del Vaticano, aunque se encuentre en una zona luminosa, sabemos que su contemplación se refuerza con la iluminación artificial, que en origen sería la luz de las velas o lámparas de aceite. Además los pliegues generan una serie de sombras en los ropajes.

  La imagen es de grandes dimensiones, aunque se encuentra muy bien proporcionada con una medida de ocho cabezas, además la postura es brusca realizando un escorzo con el pie y la lanza adelantada.

   La imagen representa a San Longinos con sus atributos, entre los que destaca la lanza con la que traspasó el costado de Nuestro Señor Jesucristo para comprobar si había muerto y cumpliéndose la profecía emanó sangre y agua.

   Por otro lado la producción artística de Bernini en la escultura fue bastante amplia, destacando esta imagen sobre manera, aunque también realizó obras de gran valía como el éxtasis de Santa de Teresa, la tumba de Urbano VIII o el Retrato del duque Francisco I d´Este.